Soy productor de plantas
Eres un verdadero profesional de la naturaleza. Podría decirse que diriges una “fábrica de plantas”. Disfrutas de las plantas y de su cultivo, pero en esencia lo que haces es gestionar una inversión. Cada planta en el vivero o en la finca es dinero en efectivo. Hay mucho en juego. Tienes una gran inversión y eso es una gran responsabilidad.
Cada planta que muere es en realidad dinero tirado a la basura. Lo mismo sucede con las plantas que no están listas a tiempo o que no cumplen con las especificaciones de calidad exigidas. Tus clientes son profesionales y exigentes. Para asegurar la satisfacción del cliente, produces cultivos con un estándar establecido dentro de un marco de tiempo ajustado.
Cada planta merece el mejor cuidado posible
En los viejos tiempos, un productor de plantas estaba en sus plantaciones y pasaba todo el día cuidando de ellas. Ahora, la industria ha cambiado mucho y hay tanto que aprender que se pasa una cantidad considerable de tiempo detrás de un ordenador investigando y enviando correos electrónicos. Te guste o no, es igual de importante que estar en tu plantación. Si no te actualizas te vas a quedar en el camino.

Estás continuamente buscando incrementar tu rendimiento y la calidad de las plantas, obtener una cosecha homogénea, reducir la mortalidad de las plantas, reducir tus recursos productivos y tener un buen retorno de la inversión.
La necesidad de perfección constante del proceso de cultivo se refleja en:
- las técnicas de reproducción más avanzadas,
- la regulación y la vigilancia de las condiciones de crecimiento,
- la planificación estratégica y la modelización de cultivos;
- la optimización de las entregas y la interacción con tus clientes.
La atención a los detalles es primordial. Con las plantas sólo tienes una oportunidad. No se puede decir: “mañana es otro día y lo averiguaré la semana que viene”. Todo tiene que ser cuidadosamente programado y entregado en una fecha acordada. No tienes mucho tiempo para reaccionar. Tienes que ser proactivo.
La composición del suelo es la base para obtener plantas de calidad superior
Las limitaciones en la retención de agua provocan el marchitamiento y la pérdida de plantas. Un incremento en el riego también da como resultado una factura de agua más elevada y, en aquellos casos en los que no hay un riego automatizado, se requiere más trabajo y atención.
La baja fertilidad dará lugar a un desarrollo inferior al deseado de las plantas. Una baja capacidad de intercambio catiónico tiene un efecto negativo en la eficiencia de los fertilizantes. Por lo tanto, se requieren más recursos productivos para obtener el mismo efecto. En consecuencia, aumenta el contenido de fertilizantes que se encuentran en el agua residual.
Ley del factor limitante de Liebig

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